Por fin llegó de forma oficial la
San Silvestre como última carrera del año en Chiclana. Y fue acogida de la
mejor manera posible por casi 500 corredores que se dispusieron a colaborar con
la recaudación de alimentos de Cáritas y a recorrer los 5km aproximadamente que
la formaban mediante 2 vueltas por las calles céntricas de la ciudad.
Organizada por el Club Atletismo Chiclana junto con la colaboración de la
Delegación Municipal de Deportes. La fecha trajo sus ventajas, destacando el
numeroso público que abarrotaba principalmente la calle La Plaza, y sus
inconvenientes, debido a que la lluvia jugó una mala pasada a los corredores
haciendo el suelo bastante resbaladizo.
La meta para la cabeza de carrera
fue algo aparatosa, debido a que el triunfo lo tuvo en la mano nuestro
compañero Raúl Aragón, que lideró la prueba en solitario hasta que a falta de
unos 800 metros resbaló y cayó al suelo siendo adelantado por el isleño Luis Gª
Cubillana que consiguió así el primer puesto. Raúl por suerte sólo se dañó en
la mano y entró en segundo lugar. Sin recriminar nada al ganador, pienso que pudo
ser bonito y deportivo que lo hubiese esperado para al menos entrar juntos, no se dio la circunstancia pero
aún así esta situación nos sirve a todos para aprender algo más de las carreras
populares, que al fin y al cabo son para disfrutarlas.
En féminas esta vez Mª Carmen
Chaves se exhibió con un carrerón logrando el primer puesto. La guinda para su
exitoso año, que yo lo definiría como “impresionantemente currado y merecido”.
Yo finalicé con ganas el año, con
ganas de terminar para empezar de cero. Sigo sin encontrarme bien de forma y
aunque la carrera era corta me noté muy forzado siendo alcanzado por bastantes
referencias que tengo. La primera vuelta prácticamente era navegar en un rio de
gente, lo cual se convirtió en algo peligroso por el suelo mojado, sobre todo
en alguna que otra cuesta en la que escuché alguno caer varios metros atrás de
mí. La segunda vuelta me resultó dura aunque recuperé velocidad y posiciones en
la cuesta grande, ya que opté por no frenar como hacía la mayoría, pensé que
frenando tendría más probabilidades de resbalar. Y en la recta de meta me sentía
como un rey mago, fue impresionante ver ambos lados de la calle La Plaza
repletos de gente animando y aplaudiendo.
Mi amigo Periko también disfrutó
del recorrido céntrico de la ciudad. Me contó que se fió poco del suelo, quizás
la pega más comentada junto a la leve pero perjudicial lluvia. En las últimas
calles se vio sorprendido esta vez por nuestro compañero Pedro Leal que se
marcó un final bastante fuerte.
En meta, numerosos colaboradores
del club, entre ellos mi amigo Fran, entregaron hasta 400 camisetas técnicas y
ofrecieron numerosas bebidas además de refrescos y agua, como anis y vino. Se hizo entrega de la cesta que sorteó el club en beneficio de Cáritas
a nuestro compañero Manzanares como agraciado. Lástima que alguien se llevó mi
camiseta mientras repartía agua para los corredores tras la meta, error mío al
dejarla suelta, pero debo tener en cuenta que los últimos participantes en
cruzar la meta tampoco pudieron llevársela a casa.
También se sortearon numerosos
premios gracias a las empresas colaboradoras (Autos Colchón, Eroski, Taberna El
Colinero, Todolamp, Lusol, Bodega Cooperativas, Bodegas Miguel Guerra). En la
entrega de premios también hubo un premio al mejor disfraz, que también estuvo
disputado entre bastantes candidatos convertidos en árbol de navidad, ángeles,
superhéroes, bob esponja, caperucita barbuda, papás y mamás noeles, etc. El
vencedor se llevó un queso y la vencedora una paletilla de jamón. Que pienso yo
que si estos no tienen grasa en el cuerpo tendrán que invitar, ¿no?
Enhorabuena a mi Club porque
entre todos se ha podido hacer realidad esta carrera, gracias a todos aquellos
que pusieron al menos un granito de arena comandados por el presidente Agustín
Leal para iniciar oficialmente la San Silvestre en nuestra ciudad. Considero que
la carrera puede considerarse exitosa. Gran punto de partida para una bonita
prueba que se intentará mejorar para el próximo año.